Francisco Martínez Calle, Pregonero del II mercado
medieval de Begíjar.
El año pasado fue el primero en celebrarse en Begíjar un mercado
medieval, celebración que tuvo gran éxito y este año, de nuevo, se
ha vuelto a festejar con el mismo éxito o más. En esta ocasión se
ha elegido a Francisco Martínez Calle para que pregone este II
mercado medieval que los habitantes de Begíjar han acogido con tanta
entrega y cariño.
P.: ¿Qué ha supuesto para usted haber sido elegido pregonero?
R.: Ya lo dije en la introducción al pregón: una distinción
y un privilegio singular que me obliga a tener gratitud permanente a
todos mis paisanos.
P.: ¿Qué importancia tienen las fiestas y tradiciones en la vida de
los pueblos?
R.: Son imprescindibles para la cohesión social. Gracias a las
fiestas y celebraciones colectivas los paisanos nos sentimos
cercanos, nos identificamos como grupo social y nos decimos, aunque
de un modo indirecto, que compartimos inquietudes, proyectos y
sentimientos muy parecidos.
P.: Ha sido un pregón muy documentado el suyo: ¿cómo lo ha
conseguido?
R.: Hay una fórmula infalible: delimitar claramente lo que uno desea
decir, y dedicarle muchas horas a pulir y mejorar lo que, poco a
poco, va saliendo. En esta ocasión, he procurado situarme a finales
del siglo XV y revivir lo que por entonces sería un mercado popular.
A eso he añadido algunos elementos poéticos y humorísticos de mi
propia cosecha.
P.: ¿En qué piensa cuando tiene que hacer un pregón?
R.: En este caso, además de seleccionar la época, el estilo y la
intencionalidad, fue necesario estructurar el contenido, es decir,
disponer las partes del texto de modo que el oyente fuera capaz de
captar el significado del conjunto. A mí no me ha resultado
demasiado difícil, por cuanto todo el mundo tiene una idea
aproximada de lo que en su día pudo ser un mercado medieval.
P.: ¿Qué sentimientos ha vivido con la ejecución del pregón?
R.: En primer lugar, de sincera gratitud a quienes confiaron en mis
posibilidades. En segundo lugar, de gran responsabilidad, por tener
que estar a la altura de las expectativas de quienes confiaron en mí.
Y en tercer lugar, de cierta inquietud, al no saber si ese día todo
saldrá como uno espera: la voz del pregonero, la megafonía, la
entonación, el viento, la luz, la actitud de los asistentes…
P.: ¿Se ha sentido arropado por las gentes de su pueblo?
R.: Creo que sí. La noche del pregón fui felicitado por bastantes
miembros de la Corporación Municipal, con su Alcalde a la cabeza;
algunos de mis amigos tuvieron la amabilidad de asistir al acto del
pregón; camino de mi casa, fueron muchos los paisanos que se
acercaron a mostrarme su satisfacción por lo que habían oído; y,
finalmente, dos de mis hijos que estuvieron junto a mí a la hora del
pregón me abrazaron muy contentos. Para mí eso es más que
suficiente. Sí, me sentí arropado.
P.: ¿Cómo resumiría la experiencia?
R.: Como algo muy agradable en donde se mezclan la satisfacción y la
responsabilidad al mismo tiempo.
P.: ¿Volvería a repetir la experiencia?
R.: Sí, por supuesto. Siempre que alguien me pida algo en nombre del
pueblo de Begíjar, procuraré cumplir con él. Me da igual su
inclinación política o el grupo social al que pertenezca, porque,
para mí, la cultura está por encima de toda ideología. Además, mi
pueblo, solo porque es mi pueblo, se merece cualquier esfuerzo,
siempre y cuando esté dentro de mis posibilidades.
P.: ¿Desea añadir alguna cosa más?
R.: Nada más, salvo repetir una vez más la excelente labor
educativa y cultural que a favor de mi pueblo está haciendo, desde
hace mucho tiempo, la revista Begíjar-Informa. Gracias a
ella, en Begíjar se lee más, se sabe más sobre su pasado y, sobre
todo, se mantiene vivo el sentimiento de saberse hijo de este pueblo.
Agradecemos las cariñosas palabras que nos ha dedicado, Francisco. Y
nosotros le correspondemos agradeciéndole la positiva disposición
que ha tenido cada vez que ha sido requerido para colaborar con
nosotros (Centro de Adultos, revista Begíjar Informa) o con
el pueblo de Begíjar. Gracias.
Juana Villa-Real Cruz.